La importancia de cogerle en brazos

Por Admin
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Dic 26th, 2013
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Las relaciones son fundamentales en nuestra vida. Cuando llegamos al mundo pronto comienzan una relación con nuestra madre y, de ella, fija los patrones de conducta y normas que determinarán todas las otras relaciones en nuestras vidas. La importancia de cogerle en brazos ayuda en la relación afectiva entre madre e hijo comienza temprano, al nacer, y esta calidad es fundamental para el desarrollo de la psique y para la formación de la personalidad del niño. Los bebés necesitan ser abrazados, sentirse cómodos, bienvenidos y estar con alguien para completar y adaptarse a sus necesidades: generalmente la madre (u otra persona haciendo el papel de la madre).

Numerosos estudios demuestran que los bebés que no han tenido contacto físico están en mayor riesgo de enfermarse y morir. En esta visión, la relación madre-hijo es entendida como una relación indisociable y nadie discute cómo uno es indispensable para el otro. Durante el embarazo, parto y postparto, emociones, preocupaciones y sentimientos de la madre están influenciados por varios factores tales como: experiencias pasadas de la mujer con su madre, patrones culturales, el contexto en el cual ocurre el embarazo y la calidad del vínculo con el padre del niño.

Por eso la importancia de coger en brazos al bebé ya que esto contribuirá a la formación del vínculo saludable de madre-hijo. Comienza la formación del vínculo, principalmente a través de contacto con el cuerpo y el significado simbólico que la madre le da a este contacto. Así, la relación con su madre se convierte principalmente cualitativa. No importa sólo dar que el pecho, lo que importa es cómo se da el pecho y cómo se cumplen las peticiones, es decir, no incorpora sólo leche de la madre, sino también su voz, calor, sus caricias. Es durante la lactancia que une más cercano entre la madre y el bebé, más ampliamente satisfaciendo las necesidades emocionales de ambos, dando al bebé una mayor garantía de equilibrio interno.

La satisfacción de una necesidad biológica a través de la leche materna le da forma de experimentar la satisfacción que es interiorizado por el niño, estar asociado con la imagen de la madre y el movimiento que permite la descarga. Como resultado de esta asociación, surge al psíquico del impulso (deseo).

Tales experiencias de satisfacción serán internalizadas en el mundo interior, adquiriendo así el desarrollo del niño un «valor»-motivación, estructuración, arreglando o, por el contrario, causando un efecto traumático, a veces, campo desorganizado del aparato psíquico. El mundo de los niños se construye según la realidad de las relaciones interpersonales, pero la realidad interna de la madre es el primer mundo que se ofrece, es decir, que el niño comprenderá el mundo a través de lo que la madre le transmite.

Así, las experiencias afectivas en los primeros años de vida se caracterizan por los intensos cambios y afecto es indispensable para el desarrollo de la persona armoniosa. bebe en brazos

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