Los síntomas del cáncer en el bebé

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El 85 por ciento de todos los cánceres infantiles tienen síntomas similares. El cáncer antes que se diagnostique, más efectivo será el tratamiento de la enfermedad. Mientras la mayoría de los síntomas del cáncer se pueden interpretar como enfermedades comunes de la infancia, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), recomienda a los padres que en caso de cualquier sospecha, simplemente pidan a los médicos hacer pruebas para descartar el diagnóstico de la enfermedad. El cáncer se extiende muy rápidamente en la infancia. La detección y el tratamiento precoz aumentan las probabilidades de que el niño se puede curar y llevar una vida normal.

Los primeros signos de cáncer en los bebés o cómo detectar el cáncer en bebés

Existen diferentes signos por los cuales puedes suponer que tu bebé está sufriendo de cualquier tipo de cáncer. La detección de un cambio puede ser localizado en el cuello o en el abdomen de los bebés. Aunque hay diferentes tipos de cáncer, al menos 85% de todos los cánceres infantiles tienen síntomas similares. Destacamos algunos:

– Anemia acompañada de sangrado excesivo y hematomas (moretones).

– Dolores de cabeza acompañados de cambios en el sueño o el comportamiento y conducta.

– Fiebre prolongada e inexplicable.

– Dolor de cabeza persistente, acompañada de vómitos durante la noche.

– Hinchazón y masa abdominal anormal.

– Fatiga, pérdida de peso, palidez.

– Inflamación de los ganglios linfáticos.

– Infecciones frecuentes.

Todos los casos deben ser estudiados. E insistir en que, un diagnóstico preciso sólo puede ser administrado por un médico especialista, ya que estos síntomas pueden ser signos de otras enfermedades infantiles.

También es posible que el pediatra de tu hijo realice una revisión médica, para detectar algunos síntomas tempranos de cáncer. Los signos dependen del tamaño, ubicación y cómo afecta el cambio del cuerpo encontrado. En el caso de cáncer está localizado en un área crítica, tales como el cerebro, un tumor, aunque pequeño, puede producir síntomas tempranos de la enfermedad, gracias a la presión que ejerce las partes del cerebro. Sin embargo, hay cánceres que pasan desapercibidos y sólo se puede diagnosticar cuando está bien desarrollado.