¿Cuándo mi bebé puede ir a la piscina?

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Las piscinas son una fuente de bacterias y gérmenes para los bebés e incluso aquellas que son privadas albergan peligros para los pequeñitos. «Porque un bebé menor de 2 meses o recién nacidos aun no han desarrollado su sistema inmunológico y son vulnerables a la enfermedad, así que se recomiendo que los padres no lleven a sus bebés a las albercas, lagos, ni lugares parecidos», dice Howard Reinstein, pediatra en Encino, California y vocera de la American Academy of Pediatrics. Las piscinas pueden estar contaminadas con bacterias que causan diarrea, que puede ser muy peligroso para un niño pequeño.

Además, debido a que tu bebé no sea capaz de regular su temperatura corporal hasta que tenga alrededor de 6 a 12 meses de edad, debes asegurarte de que el agua sea lo suficientemente tibia para él. «Si el agua se siente fría para ti, va a ser muy fría para tu bebé,» dice el Dr. Reinstein. La piscina debe estar de al menos 29 a 30 grados Centígrados para que tu bebé se sienta cómodo. Si empieza a temblar, es el momento de salir del agua. Demasiado calor puede ser un problema, también. Las tinas calientes, balnearios y piscinas calentadas a más de 38 grados Centígrados están fuera del alcance de los niños menores de 5 años. Los niños pequeños se recalientan más rápido que los adultos y las altas temperaturas en las tinas calientes pueden hacer que el corazón de un niño se altere ocasionándoles otros peligros.

Por último, pensar en la seguridad del agua. El ahogamiento es la principal causa de muerte y lesión en niños pequeños. Sigue los siguientes consejos en mente cuando estás cerca de cualquier cuerpo de agua con tu pequeño.

• La AAP informa que se practican las «supervisión de contacto», es decir que un adulto tiene que estar al alcance de la mano de un bebé o niño pequeño en todo momento en o cerca de una piscina o cualquier cuerpo de agua.

• Siempre sostén a tu bebé en la piscina y no vayas a aguas demasiado profundas para que puedas mantener los pies bien apoyados.

• Enseña a tu hijo no entrar nunca a una piscina solo y que nunca debe entrar en el agua sin un adulto cerca para supervisarlo.

• Haz que tu niño utilice un dispositivo de flotación personal (PFD) que se ajuste correctamente y a él y lo use en todo momento que este en el agua.