Efecto Mozart para bebés

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En los años 90 gracias al libro publicado por Don Cambell, “El efecto de Mozart para Niños”, se sacaron a la luz los efectos beneficiosos que podían tener las melodías de Mozart sobre los más pequeños, llegando a poder estimular sus neuronas y sus capacidades cognitivas, el conocido como efecto Mozart.

Son diferentes y muy variadas las investigaciones que se han realizado sobre los efectos que pueden tener la música en los niños y bebés, aun cuando están dentro del vientre materno.

Incluso se cree que la música que puedan escuchar cuando estaban en el periodo de gestación la pueden recordar después del nacimiento, asociando las canciones con la sensación de calma y bienestar que tenían dentro del vientre materno, ayudando a los bebés a relajarse y a tranquilizarlos cuando están nerviosos.

Cambell explica que la música de Mozart es pura, simple, accesible y misteriosa, ingredientes que ayudan a estimular y mejorar la fisiología, inteligencia y comportamiento del bebé.

En torno a la semana 20 de gestación es cuando el feto ya ha desarrollado su capacidad auditiva, por lo que incluso algunos expertos indican que es aconsejable hablarle o cantarle porque, aunque no entienda nada, el bebé asocia los sonidos de su entorno, familiarizándose con ellos.

Está comprobado que la musicoterapia es utilizada como tratamientos para niños que tienen algún tipo de discapacidad sensorial, física o mental, ya que les puede ayudar a comunicarse mejor con su entorno y a relajarse.

A los bebés prematuros les puede ayudar a estimular la lactancia materna y la música también es efectiva para muchas madres a la hora de dar a luz, ayudando a conseguir una mayor concentración y relajación.

La música es muy útil para crear un vínculo emocional y afectivo con el bebé mientras está en el vientre. Y es beneficiosa a la hora de desbloquear las tensiones físicas y emocionales o la ansiedad y miedos que pueda tener la madre durante el embarazo.

En definitiva, la estimulación prenatal auditiva es muy beneficiosa para los bebés: les ayuda a aceptar mejor la lactancia, duermen mejor y a los niños les ayuda a tener una mejor concentración, coordinación y fomentan la creatividad.

Por todo ello, bien sea Mozart o cualquier tipo de estimulación auditiva (música clásica, canciones de cuna, música relajante, por ejemplo) pueden resultar un gran estímulo para el bebé y una gran herramienta para que la madre disfrute plenamente de su embarazo.