El bebé y el llanto como comunicación

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La comunicación a través del sonido es una de las vías más desarrolladas en el bebé, ya que las experiencias antes del nacimiento son muy bien memorizadas, además de que terminan por imprimir una memoria. Al igual que el sentido del tacto, por ejemplo los sonidos que imitan los sonidos que imitan los latidos cardiacos de la madre pueden calmar a los bebés e incluso reducir la pérdida de peso antes de nacer.

Los bebés tienen preferencia por los sonidos agudos, la femenina y en especial la de su madre, no por algo los adultos se dirigen hacia los niños con voces agudas. En esta comunicación se ponen en juego dos partes importantes: la voz de la mamá y el llanto del bebé. El llanto del bebé es ante el dolor es súbito, agudo y constante; por otra parte el llanto del hambre es similar pero aumenta gradualmente si no obtiene respuesta. La madre es capaz de diferenciar el tipo de llanto y responde a su hijo, lo cual asegura su capacidad maternal así como la confianza del bebé.

Está demostrado que durante los primeros 90 minutos de vida, los niños mantenidos en constante estrecho con el cuerpo de la madre, virtualmente no lloran. Este llanto se produce como una señal ante la separación de la madre para lograr un nuevo contacto. A través de la música se pueden estimular diferentes áreas del cerebro, mejorando el dominio corporal y restableciendo los ritmos fisiológicos del propio organismo. Los bebés que escuchan música clásica en el vientre nacen más tranquilos.  Son infinitos los diálogos que se pueden tener con el llanto del bebé, ya que se desencadenan respuestas fisiológicas de parte de la madre.

Las relaciones íntimas y persona a persona son la cuna de la comprensión social. Aunque se puede aprender mucho de la contemplación de las personas a distancia sin intervenir directamente en un intercambio social, esto no puede sustituir la oportunidad de aprendizaje que ofrecen las experiencias sociales compartidas. Es algo especialmente obvio si se piensa en los orígenes evolutivos de lo que los bebés perciben y comprenden de los demás. Los niños no desarrollan una comprensión social tan solo observando sino que necesitan estar presente y participar para poder desarrollarlo como cualquier ser humano dentro de sus capacidades mentales. Por lo que a partir de esto, surge la necesidad de comunicarse en todo momento, y es por eso que en los primeros meses de vida, al no saber cómo comunicarse, los bebés lo hacen a través de los llantos, intentando transmitir…

De esa comunicación a través de los llantos, surge el problema para los padre de tener que descifrar que es lo que le ocurre a su bebé, ya que en muchas ocasiones eso resulta complicado, debido a que pueden existir múltiples causan que originen que el bebé llore, sin saber lo que quiere transmitir.