El bebé y el sentido del olfato

Por Admin
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Nov 5th, 2013
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Es uno de los sentidos más desarrollados de los bebés, dado que son capaces de responder a algunos olores, se puede suponer que durante los últimos meses de un embarazo normal el bebé es capaz de responder a determinados  aromas alimenticios presentes en el líquido amniótico de la madre. En estudios recientes se ha demostrado que los aromas percibidos por los bebés dentro del útero pueden influir sobre las respuestas de los recién nacidos, por ejemplo se orientan en dirección un algodón impregnado de líquido amniótico de su madre, más no al de otra mujer.

Claro que la relación es recíproca porque la mamá también reconoce el aroma de su hijo. A las 48 horas de haber nacido, el latido del corazón, la respiración y los movimientos del niño son diferentes cuando se le ofrece un olor dulce. Demostrando unas expresiones faciales diferenciadas como respuesta al olor amargo, agrio o dulce. Ante este olor el bebé sonríe, chupa y lame. Con el olor agrio, frunce los labios, arruga la nariz y parpadea y con el olor amargo baja los extremos de la boca y eleva el labio superior, incluso algunos niños terminaban por escupir.

 

Parece que los bebés establecen unas diferencias básicas tomando como referencia los olores, junto con el sentido del oído y del gusto parece ser que son los sentidos más establecidos al momento de nacer. Como puedes observar tú bebé depende mucho del sentido del olfato para poder determinar qué es lo que le gusta y que es lo que aborrece. Usa tu sentido común para observar que muecas hace cuando le das a probar un nuevo sabor así como poner atención a los lloriqueos del niño cuando algo le disguste. El sentido del olfato es un importante canal de comunicación con los bebés recién nacidos.

 

En los primeros meses de vida, los bebés se orientan principalmente a través del olfato, por lo que se puede decir que éste es su sentido más desarrollado, ya que se guían a través de los olores, pudiendo reconocerlos en cualquier momento, sobre todo cuando van adquiriendo más habilidades en los primeros meses de vida.

 

Una cosa que tranquiliza a los bebés es el de un aroma característico, principalmente al de la madre o del padre, lo que hace que sienta que está con alguien seguro, pero también puede ocurrir el caso contrario, y es que bien no le guste el aroma de alguien o que asemeje un olor con algo negativo, por lo que puede rechazar de esta forma a esa persona, o incluso comenzar a llorar.

 

Conforme va pasando más tiempo con cada persona, podrá ir descubriendo nuevos olores, identificando en todo momento lo que tenga a su alrededor, lo de identificar olores suelen hacerlo una vez que comienzan a comer comida más sólida, ya que aquella que no les atraiga por su olor, simplemente no se la comerán.

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