La fiebre en bebés

Por Paula
en Sin categorizar
Nov 18th, 2015
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Cuando nuestro bebé tiene fiebre, rápidamente nos alarmamos y nos preocupamos, es algo normal. Sin embargo, la fiebre no es algo negativo, es señal de que el sistema inmune de nuestro bebé está actuando como debe hacerlo. La temperatura del cuerpo se eleva como sistema de defensa para combatir mejor los virus y bacterias que están atacando al organismo.

Síntomas

Se considera que hay fiebre cuando la temperatura, tomada por vía oral o rectal, es mayor de 38º. Sin embargo, aunque en la mayoría de los casos se asocien a un proceso infeccioso, las causas que pueden provocar un cuadro febril son tos-con-mocosdiversas: insolaciones, quemaduras, etc.

Es importante fijarse en el estado general del niño o bebé. La fiebre en sí no es una urgencia médica, no debemos olvidar que está alertando de la presencia de una enfermedad.
Hay que estar atentos si la fiebre viene acompañada por algún otro síntoma. Si el niño tiene vómitos, diarrea, algún sarpullido, está apático, tiene somnolencia o agitación deben debe acudir al pediatra rápidamente. Estos signos pueden ser señal de que el niño pueda tener algún tipo de enfermedad o infección que debe ser valorada y tratada por su médico especialista. Lo importante es que haga un diagnóstico rápido y tratar el foco que causa la fiebre.

En el caso de los bebés, dependiendo de los meses de edad que tengan, hay que tratar la fiebre de diferente manera:

Bebés de hasta 3 meses

Cualquier temperatura superior a 37,8 ° C merece una atención especial debido a la posibilidad de contraer una enfermedad grave es mayor. Retira la ropa sobrante y mantén la habitación fresca y ventilada. Verifica la temperatura después de 30 minutos. En caso de que no baje, acude al médico inmediatamente.

Bebés mayores de 4 meses

Debajo de 37,7 ° C: según los expertos, no es necesario ir al médico (o llamar al médico) o ir corriendo a emergencias, solo basta con tomar la temperatura cada hora para ver cómo evoluciona.

Si está en 37.8° C o más: es necesario acudir al médico, él realizará un chequeo al niño y te indicará qué debes hacer, por ejemplo, recetarte un antitérmico para que le baje la fiebre y aliviar su malestar.

Tipos de termómetros

En el mercado existen diferentes tipos de termómetros, los de contacto y los de no contacto, también, dependiendo de la edad del bebé, deberemos elegir un modelo determinado u otro.

Hay termómetros de chupete que tienen una pantalla LCD que nos indica la temperatura del bebé, pero son para un rango de edad más acotado (quizás nos veamos más limitados en su uso, hay bebés que no utilizan chupete)

También existen los termómetros de oído que se pueden utilizar en un rango de edad más amplio, son muy precisos, toman la temperatura a través del oído, concretamente de la arteria carótida interna que pasa por un lado del cuello y por detrás de la oreja. Su punta es suave y delicada, se coloca en el oído y en cuestión de segundos mostrará la temperatura.

Los más habituales son los termómetros digitales clásicos de contacto, generalmente integran funciones similares a las de otros termómetros descritos: memoria de las últimas mediciones, advertencia de fiebre, apagado automático, aviso de finalización de la toma de temperatura, etc. Este tipo de termómetro es ideal para utilizar con niños más grandes, con bebés son más complicados de utilizar ya que resultan más molestos.

Puedes encontrar una guía de termómetros más extensa haciendo click aquí


Consejos

Recuerda que nunca debes automedicar a tu bebé y, sobre todo, nunca debes administrarles antibióticos por tu cuenta.

Es un grave error pensar que la fiebre es un síntoma de que el niño tenga una infección. Si el origen de la fiebre es vírico, los antibióticos no sólo resultarán inútiles si no que pueden llegar a ser contraproducentes. Así que debe ser el pediatra el que valore si es necesario administrárselos o no.

Lo cierto es que, aunque nos preocupe o incluso asuste que nuestro bebé o niño tenga fiebre, el  95% de los casos es menos grave de lo que parece, por ello es importante saber mantener la calma y diferenciar si es sólo un estado febril o bien se trata de fiebre alta.

Pese a todo ello, si tienes algún tipo de duda debes acudir a tu pediatra, él es el que mejor te puede asesorar y ver de dónde proviene la fiebre que tiene el bebé. Es fundamental tener confianza con él y seguir al pie de la letra todas sus recomendaciones.

 

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