Las primeras palabras de nuestro bebé
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El momento en el que un bebé va a empezar a hablar es una duda que le ocurre a todos los padres, en especial a los padres primerizos, que a menudo se equivocan y tienden a pensar que porque el bebé del vecino haya empezado antes, el propio pueda tener algún problema.
En primer lugar hay que tener muy en cuenta que cada bebé tiene su momento para empezar a hablar. Lo más habitual es que empiece con las primeras palabras entre el noveno y el decimocuarto mes de vida (es decir, alrededor de su primer cumpleaños). Con esta edad comienza a decir las primeras palabras que tienen algún sentido.
No obstante, hay que tener en cuenta que desde el principio, el pequeño entra en el proceso de aprendizaje, pero todavía no es capaz de articular palabras. Esto hace que pueda entendernos, pero que no pueda expresarse.
Antes de los seis meses, lo normal es que el niño tan sólo pueda emitir grititos y gorgojeos, pero a partir de este tiempo, se empieza a apreciar vocablos reconocibles, aunque sin llegar a formar ningún tipo de frase.
Cuando transcurre el primer año es cuando la capacidad de hablar se dispara, llegando a aprender una media de 10 palabras por día.
En el momento en que cumple el segundo año, ya cuenta con la capacidad de crear pequeñas frases de unas tres palabras, e incluso cantar algunas canciones sencillas.
Cuando alcanza el tercer año, ya se empieza a poder tener conversaciones completas con el bebé.
No obstante, el mejor sistema para que aprenda lo antes posible es hablándole mucho desde que son pequeños, pero no forzándolo, sino creando un sistema lúdico que le permita adaptarse sin problemas al nuevo vocabulario. Se ha demostrado que los niños a los que sus padres hablaron mucho con ellos, además de tener un mayor vocabulario, también pueden alcanzar cocientes intelectuales superiores.
Por ello, no debemos preocuparnos porque nuestro hijo tarde un poco más en hablar que la media, ya que el vocabulario lo está absorbiendo igualmente. Sólo hay que hablar el máximo con él y dejar que se tome su tiempo para empezar.
